LA CULTURA DE LA CALIDAD DE VIDA

¿QUE ENTENDEMOS POR SALUD Y ENFERMDAD?

La enfermedad y la salud son dos conceptos internos de cada cultura. Para tener un mayor conocimiento de la prevalencia y la distribución de la salud y la enfermedad en una sociedad, hace falta un enfoque integral que combine cuestiones sociológicas y antropológicas además de las biológicas y de conocimientos médicos sobre salud y enfermedad.

Desde el punto de vista antropológico, la salud está vinculada a factores políticos y económicos que pautan las relaciones humanas, dan forma al comportamiento social y condicionan la experiencia colectiva.

La medicina occidental tradicional siempre ha considerado que la salud era igual a ausencia de enfermedad, a partir de la Salud Pública, significa incidir en las causas de los problemas de salud y prevenir dichos problemas a través de conductas sanas y saludables.

La antropología médica para entender las enfermedades, utiliza un enfoque ecológico – cultural que hace hincapié en el hecho de que el medio ambiente y los riesgos para la salud están creados por la cultura.


La cultura determina la distribución socio – epidemiológica de las enfermedades por dos vías:

– Desde un punto de vista local, la cultura moldea el comportamiento de las personas, que predisponen a la población a determinadas enfermedades.

– Desde un punto de vista global, las fuerzas político – económicas y las prácticas culturales hacen que las personas actúen con el medioambiente de maneras que pueden afectar a la salud.


Estilos de vida y conductas saludables: Se han multiplicado las investigaciones en las que se demuestra como el estilo de vida de una persona afecta a los riesgos de enfermar y morir. Fumar, beber alcohol, el tipo de alimentos y la realización de ejercicio son conductas muy relacionadas con la salud.



CULTURA Y SOCIEDAD.

La sociedad es el conjunto de relaciones sociales que se dan en un hábitat y la cultura es lo que da forma y envuelve a esa sociedad.

La cultura es una construcción social, y por lo tanto pueden cambiar los hábitos que se constituyen como pautas culturales y socialmente aceptadas. Los comportamientos más o menos saludables adquieren diferente dimensión en función de la trascendencia social que tengan en un momento determinado. La educación para la salud es fundamental en las sociedades para:

– Modificar conductas no saludables.

– Promocionar conductas saludables.

– Provocar procesos de cambio social.

Los estilos de vida no pueden obviarse a la hora de tomar decisiones sobre la salud de la población. La propia percepción de los ciudadanos sobre su salud debe tenerse en cuenta, es el componente subjetivo de la salud.



Desde Punto Saludable entendemos:

Que la relación cultura – salud es compleja y constituye todo un reto para las sociedades y por eso nos tenemos que preguntar ¿Cómo entendemos la salud desde las diferentes culturas que conviven en un territorio?; ¿Cómo entendemos la enfermedad?; ¿Qué valor se le da a las conductas saludables?; ¿Qué significan para nosotros los riesgos para la salud?

A continuación, hábitos que condicionan nuestra salud y podemos mejorar:

La organización del tiempo de trabajo y el tiempo de descanso, la alimentación, la higiene personal, la limpieza del hogar, la ventilación del hogar, la forma y condiciones en que nos desplazamos al trabajo, la manera de organizarnos en nuestro trabajo, la diversión y el tiempo de ocio. Todas las actividades de nuestra vida cotidiana están condicionadas culturalmente. La cultura modela nuestras conductas homogeneizando comportamientos sociales.

Los seres humanos actuamos partiendo de una determinada cultura de la salud, compartimos una serie de principios básicos saludables que nos permiten integrarnos en el sistema social más cercano. La aceptación social pasa por respetar estos principios y hacerlos visibles a los demás.