¿COMO PREVENIR LOS TRANSTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA?

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TAC), son un problema multifactorial en el que inciden factores biológicos, psicológicos y sociales. Se caracterizan por una conducta alterada en relación a la ingesta de alimentos y pensamientos erróneos en relación a la dieta, el peso y la figura corporal. Afecta a niños, niñas, adolescentes y cada vez más a adultos, se consideran graves porque tienen consecuencias físicas, psicológicas y sociales.

Los más conocidos son anorexia y bulimia, aunque también existen la Vigorexia (ejercicio compulsivo combinado con dieta para hacer músculo), Ortorexia (obsesión por la comida saludable), Obesidad, TCANE (Trastorno de Conducta Alimentaria No Especificado), entro otros.

Las causas son diversas y múltiples, ya que de manera frecuente no se debe a solo un motivo, se destacan los malos hábitos alimentarios familiares, el estilo vida y prioridades del entorno. Los aspectos que causan habitualmente trastornos alimentarios entre los más jóvenes son la publicidad, los estereotipos marcados y las redes sociales, junto a la presión de grupo. Esto se ve aumentado por la autoestima baja o cambios importantes en la vida de los adolescentes.

Los trastornos de la alimentación se diagnostican según los signos, los síntomas y los hábitos de alimentación. Para obtener un diagnóstico se recomienda consultar al médico de cabecera y a un profesional de salud mental.

El diagnóstico y el tratamiento oportuno son fundamentales y éste último debe ser interdisciplinario, es decir, con la intervención de un equipo de profesionales médicos, enfermeros, psicólogo, psiquiatra, nutricionista, profesores de educación física, acompañantes terapéuticos, según los requerimientos de cada paciente y el abordaje particular de cada caso según los síntomas presentes. Además, no sólo el paciente necesita orientación y seguimiento sino también su entorno familiar, el cual se ve gravemente afectado.

La prevención en las infancias es la clave para evitar la aparición de estos trastornos en la adolescencia. Por eso, es importante inculcar desde niños y niñas ciertos valores y actitudes hacia la comida y la importancia de llevar una alimentación adecuada y equilibrada.


PREVENCION DE LOS TRANSTORNOS ALIMENTORIOS EN LAS INFANCIAS

Una buena educación alimentaria desde la infancia ayuda a prevenir la aparición de trastornos alimentarios. Además, detectarlos y tratarlos precozmente mejora mucho su pronóstico.

La detección precoz y ponerse en manos de especialistas para seguir un tratamiento adecuado son las mejores armas para combatir los trastornos alimentarios. Sin embargo, es mejor prevenir su aparición tanto en el ámbito familiar, educativo y social. A continuación, te dejamos algunos consejos para prevenir los trastornos alimentarios desde la infancia:

• Enseñar a los niños y niñas desde pequeños, tanto en casa como en la escuela, la importancia de los buenos hábitos alimentarios.

• Comer en familia siempre que sea posible, convirtiendo la comida en un punto de encuentro y de reunión para comentar el cotidiano.

• Los menús deben ser variados e incluir todos los tipos de alimentos necesarios para una correcta nutrición, limitando el consumo de ultraprocesados y comida rápida.

• Ofrecerles verduras y frutas de forma variada.

• Establecer horarios de comida regulares.

• Fomentar su autoestima, es importante que conozca sus capacidades y limitaciones y aprenda a sentirse a gusto consigo mismo. Reforzar su autonomía y estimularlo para que tenga sus propias opiniones y resulte menos vulnerable a los mensajes de los medios de comunicación y la publicidad, esto evitará futuros complejos.

• Hablar sobre los estereotipos y la alimentación que difunden los medios de comunicación, razonando lo que es cierto y lo que no, y enseñándole a valorar la salud por encima de los condicionamientos estéticas.

• Practicar ejercicio con regularidad, es bueno para su salud y le ayudará a mantenerse en forma.

• Facilitar sus relaciones sociales y su participación en actividades extraescolares.

• Establecer una buena comunicación dentro del ámbito familiar, para que los niños y niñas se sientan seguro.