HABITOS SALUDABLES PARA UN CEREBRO SANO

Cada 22 de julio se conmemora el Día Mundial del Cerebro, la idea es crear conciencia y difundir la importancia de cuidar el órgano más complejo del cuerpo humano.

La Federación Mundial de Neurología (WFN por sus siglas en inglés) en el 2014 pidió proclamar el Día Mundial del Cerebro con el fin de promover la necesidad de crear conciencia sobre su potencial, riesgos y enfermedades. Se estima que un 13% de las causas de enfermedades a nivel mundial están vinculadas con enfermedades neurológicas y trastornos mentales,.

Las afecciones mas fecuenctes son: Migraña; Accidente cerebro vascular (ACV); Enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer, Mal de Parkinson, Esclerosis Múltiple y enfermedad de Hungtinton; Enfermedades infecciosas como meningitis y encefalomielitis.

Los problemas de salud causados por estas enfermedades son generalmente subestimados y es por ello que se debe promover los cuidados preventivos del cerebro en la población, generando conciencia sobre estas enfermedades «silenciosas».


CLAVES PARA UNA BUENA SALUD CEREBRAL

Mantener sano el cerebro implica no sólo prevenir la aparición de estas enfermedades, sino genera bienestar, calidad de vida y prepararnos para un envejecimiento saludable.

Alimentación. Es muy importante la ingesta diaria de al menos tres frutas y la mitad del plato de verduras. Se debe consumir habitualmente pescado, frutos secos y legumbres. Utilizar aceite de oliva es muy beneficioso, así como moderar la ingesta de azúcar, sal y harinas. Debe evitarse el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados y mantener una adecuada ingesta de agua. Cocinar en casa con alimentos frescos es un hábito recomendable.

Ejercicio físico. Desde caminar hasta practicar algún deporte trae beneficios múltiples en nuestro bienestar psíquico, lo que favorece la salud cerebral, osteo-articular, previene factores de riesgo cardio vasculares, baja el riesgo de cáncer, obesidad y otras enfermedades. El ejercicio produce en el cerebro la liberación de mediadores químicos altamente favorables para su funcionamiento pleno.

Sueño. El dormir al menos 8 horas sin interrupciones adecuadamente es una de las claves de la salud cerebral, y detectar precozmente las enfermedades que puedan afectar la calidad del sueño es una de las claves para mejorarlo. Limitar el uso de pantallas durante la noche posibilita la adecuada higiene de sueño.

Actividad social. Mantenerse activo socialmente, en círculos que van desde la familia hasta organizaciones sociales, deportivas o de cualquier índole es elemental para nuestro bienestar. La soledad enferma, especialmente a nuestro cerebro.

Actividad intelectual. Mantenerse activo intelectualmente implica no solo leer libros, sino asumir nuevos desafíos a nivel intelectual, ampliando nuestros horizontes de conocimiento hacia áreas menos cultivadas a lo largo de nuestra vida (por ejemplo, aprender un nuevo idioma). Estas actividades mantienen a las neuronas activas y conectadas.

Controlar factores de riesgo vascular. La hipertensión arterial, el colesterol alto, la diabetes, el tabaquismo, el alcohol, la obesidad y el sedentarismo son enemigos de nuestro cerebro. Podemos influir sobre ellos y controlarlos mediante hábitos modificables a través de nuestra propia conducta.

Un alto porcentaje de las enfermedades neurológicas se pueden prevenir, por esto  es crucial poner énfasis en el cuidado de este órgano realizando acciones que reduzcan la aparición o frecuencia de las mismas. Sumar hábitos de vida que favorezcan la salud de éste y todos los órganos del cuerpo depende de nosotros.